El estadio de Tiflis

Cuando la temperatura descendió hasta los 35 grados bajo cero, el reloj del estadio Lokomotiv de Tiflis se quedó clavado en las 20.18 y, por primera vez en la historia de Rusia, el tiempo se detuvo. Los espectadores que seguían el partido por televisión se quedaron perplejos, la imagen se había congelado en sus receptores y el espectáculo era sobrecogedor: hinchas paralizados con los brazos en alto y un grito en la boca, el árbitro con la mirada fija en el esférico, y en el centro de la jugada, inmenso como un Zar, Vladimir Karimostov se mantenía suspendido en el aire, con la cabeza ladeada para golpear la pelota que flotaba a un centímetro de sus ojos.
Veinticinco segundos después, el antiguo reloj del estadio de Tiflis recuperó el pulso y la vida volvió al estadio como una explosión en las minas de Siberia. El publico retomó el aplauso, el árbitro su carrera yKarimostov cabeceó con precisión colocando el esférico dentro de la red. Un gol soberbio que daba la victoria al equipo local en el día más frío de la última década.

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2 Responses to “El estadio de Tiflis”

josecarlos dijo...

Cuando están parados me imagino como en los juegos de la playstation o quizás como en Matrix, rotando la imagen.
¿qué pasa?, cada uno... ¿no?

Por cierto, ¿qué tal Tiflis?
ya me voy ..

Un beso, rapaz

Anónimo dijo...

Como en los juegos de la playstation? yo me imaginaba oliver y benji!! Si es que yo me he quedado en esa época. Los juegos de la play no los he incorporado a mi cabezuela.