El gato y la noche

Hay noches
que no recuerdo
lo que he hecho en todo el día,
como si una lombriz
se hubiera comido la memoria,
o la misma vida.
Hay noches
que no me muevo en la cama,
que ni siquiera
arrugo las sábanas,
como si no existiera.
Hay noches
que no tengo nada que contar,
y salgo a la calle
a acuchillar a todos los gatos.
Algún día encontraré
al que se ha comido mi lengua.

This entry was posted on sábado, junio 10, 2006. You can follow any responses to this entry through the RSS 2.0. You can leave a response.