El retrovisor


Carretera y horizonte, los Gypsy Kings a todo trapo en el cassette del coche y unos dedos telegrafiando el compás en el volante. Atrás queda todo, adelante, quien sabe. El cinturón le ciñe el pecho y eso le recuerda que vuelve a respirar hondo, que ya no hay pena que le oprima los pulmones ni piedras en el corazón. Entonces suena ‘my way’ y sube el volumen hasta romper la tuerca. Arranca el retrovisor junto a la foto que cuelga y lo tira por la ventanilla. Su madre le quitó así el chupete treinta años atrás y nunca volvió a echarlo en falta. Tal vez también funcione con ella.

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