Amor hermético



Sellamos las rendijas con la ropa interior, bloqueamos las ventanas con armarios y atrancamos la puerta con un perchero. Bajamos las persianas hasta estrangular el último rayo de sol, tapamos el conducto del aire y arrancamos cualquier cable que nos conectara con el exterior. Finalmente destruimos los relojes, las sortijas, los recuerdos, hasta que sólo quedamos nosotros, por primera vez desnudos, dentro de aquel bunker construido para querernos.
Entonces me miraste a los ojos y descubrí que por aquellos túneles sin fondo, tarde o temprano, iba escaparse el amor. Definitivamente, no había forma de protegerlo.

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