A mi mamá (y a todas las vuestras)

A veces me siento hueco
porque no estás,
o al menos no te alcanzo con la mano,
y eso ya me parece distancia.
A veces me siento vacío,
como una sardina sin raspa,
incomunicado,
como una calle sin cabinas.
A veces me siento incompleto,
como un puzzle mutilado,
como una lámpara sin bombilla,
y de repente caigo en la cuenta
que eres tú
lo que me falta.
A veces me siento solo
y necesito recordarte a toda costa.
Entonces revuelvo la casa,
por si me hubieras dejado
un beso dentro de unos calcetines,
o una caricia en el cajón de la cómoda.
A veces te encuentro en rincones
que solo conoce mi nostalgia,
en el suavizante de la ropa,
o en el olor de unas manos con lejía.
Entonces sólo necesito aspirar fuerte
para notar que estás cerca,
y me duermo tranquilamente
como si aún estuviera en tu barriga.

This entry was posted on martes, febrero 26, 2008. You can follow any responses to this entry through the RSS 2.0. You can leave a response.