Llamadas nocturnas

Cada noche, cuando mi mujer se acuesta y me deja sólo en el comedor, marco al azar un número de teléfono y me quedo en silencio. Al otro lado, el receptor pregunta dos o tres veces quién llama, se extraña, a veces se asustan por si es el hijo que aún no ha llegado a casa o el abuelo enfermo, no entiende y finalmente cuelga.
Una madrugada encontré por fin lo que buscaba, marqué el primer número que me vino a la cabeza, y antes de que diera señal de llamada alguien descolgó el teléfono, pero no respondió. Se quedó callado, aguantando la respiración, y así nos mantuvimos durante casi una hora, sudando el aparato, comprendiéndonos en un silencio perfecto.
Al colgar me di cuenta que no había apuntado el número, nunca lo hacía, y lloré la soledad más pegajosa de mi vida. Desde entonces intento repetir cada noche el mismo número, pero no acierto. Al otro lado siempre hay alguien lleno de preguntas, pero nadie hueco de respuestas.

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One Response to “Llamadas nocturnas”

Anónimo dijo...

Sí, lo dudé un poco, pero éste es mi favorito. Es muuuuuuuuuuuy bueno.

Confirmo: es bueno tenerte de vuelta.